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O’Higgins ya recuperó su derecho a soñar en el torneo…

Publicado Jueves, 19 de Febrero de 2015

El equipo celeste venció por 1-0 a Iquique y encandenó 7 fechas sumando puntos en el Clausura.

 La tierna camiseta del pequeño Lautaro -de 4 años- enarbolada por el goleador Pablo Calandria luego del único tanto del partido fue la simbólica “bandera” con que O’Higgins celebró ante Iquique una victoria tan intensa como trabajada y merecida.

Luego de un primer tiempo de claro dominio celeste, con mucha posesión de la pelota y vistoso despliegue colectivo, en apenas cinco minutos del segundo tiempo se concentraron las emociones más fuertes. A los 47′, un corner de Hugo Droguett desde la izquierda lo cabeceó Nicolás Vargas en el área y el rebote del portero Naranjo lo conectó el infalible Calandria con un remate certero al medio del arco.

Era el 1 a 0 y la mejor forma de descomprimir tensiones de un partido muy atractivo y parejo, que pudo ser aún más equilibrado tras la jugada de los 50′: una mano de Opazo motivó el cobro del penal por parte del árbitro Jorge Osorioo, pero Bogado lo ejecutó defectuosamente con un remate que raspó el poste y se fue a la pista atlética.
O’Higgins había sido una fuerza lucida y cohesionada en el primer periodo, con un eficiente repliegue defensivo y ágil transición ofensiva gracias al conocido trajín de Leal y Fuentes apoyados por Droguett y, especialmente, la notable actuación de Fernando Elizari en su debut de la era Sánchez. El volante argentino se movió como el clásico 10 que traslada el balón con rapidez y se asocia permanentemente con sus compañeros cerca del área rival.

Y en ese primer periodo en que O’Higgins lució todos sus circuitos conectados, Elizari fue el catalizador de los afanes ofensivo, demostrando que si suma aún mayor dinámica y recuperación de balón -como pretende Vitamina- debe ser obligadamente el destinatario de una camiseta de conductor aún sin dueño definitivo…

Sin embargo, el gol y el penal derrochado cambiaron la cara del segundo periodo, que de ahí en adelante cayó en la imprecisión y tuvo más intensidad que prolijidad en el juego. Así, O’Higgins apeló a sus relevos conocidos -entraron Larry Valenzuela, Seba Pinto y Hans- para no perder consistencia en su campo y en definitiva protegió bien el arco de Jorge Carranza para mantener una victoria valiosa y trascendente para sus aspiraciones.

En suma, O’Higgins amanece en cuarto lugar de la tabla compartiendo ese privilegio con la Católica y detrás de Colo Colo, dos equipos estelares que ya proclamaron su candidatura al título. Y, acaso tan relevante como ese factor, además confirma su imagen revitalizada -reVitaminizada, en rigor- de cuadro más solvente y consolidado que luego del tropiezo con los albos acumula 4 triunfos en siete fechas sucesivas sin derrotas y legitima su derecho a soñar. Al fin, una marca significativa que por el fútbol, la actitud y los resultados del equipo estimula las más genuinas ilusiones de la hinchada celeste..

 

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