Historia
ANTECEDENTES PRELIMINARES
Se han entregado antecedentes contradictorios sobre la fundación de O’Higgins, sin embargo, y de acuerdo a nuestras referencias, presentaremos algunos datos que nos permiten afirmar con certeza los primeros años del club.
Lo concreto, es que en la temporada 1953 se desarrolla el torneo de Segunda División del fútbol chileno con la participación de dos clubes representativos de la ciudad de Rancagua: América e Instituto O'Higgins. Ambos clubes terminan igualados en el segundo lugar de la tabla tras el campeón de la categoría, Thomas Bata de Peñaflor, equipo que curiosamente no es promovido a la división mayor.
A comienzos de la temporada 54', el propio Instituto O'Higgins se une al club Braden para formar el O'Higgins Braden, equipo que cumpliría una presentación brillante en ese torneo.
El naciente club había conseguido unir a los trabajadores de la Braden Cooper Company con la comunidad ligada al instituto marista y participaría en el certamen con su camiseta de líneas verdes y blancas.
Pero también, los amarillos de América, tenían algo que decir en la competencia. Enclavados en la desaparecida cancha Alameda (actual Gimnasio Hermógenes Lizana), representaban al comercio de Rancagua y tenían un importante arraigo social.
En ese año, O’Higgins Braden logró el campeonato de la serie de forma invicta con 30 puntos (18 partidos jugados, 12 triunfos y 6 empates). Pero el destino tendría una sorpresa para los campeones, ya que en el segundo lugar resultó el propio América con 25 puntos, en un torneo en donde competían además San Luis, Trasandino, La Calera, Thomas Bata, Alianza de Curicó, La Cruz de Valparaíso, Santiago National y Universidad Técnica de Santiago.
La revista Estadio publica el 22 de enero de 1955 que el equipo albiverde ganó el ascenso integrado por elementos que en el orden individual no son figuras descollantes, pero que han logrado estructurar un equipo muy parejo, en el que todos juegan con intenciones colectivas y cuyas líneas se conocen casi de memoria y eso en el fútbol vale y significa mucho”.
LA INTERVENCIÓN DE LA CENTRAL
Pese a que debían subir ambos equipos rancagüinos a Primera División, la Asociación Central de Fútbol citó a los presidentes de las instituciones para indicarles que sólo podría ascender un club y que su misión sería fusionarse.
Las vueltas de la historia plantean que ese requerimiento fue hecho de forma expresa por el presidente de la Asociación, Carlos Dittborn y el dirigente Nicolás Abumohor, padre de los actuales accionistas, Ricardo y Roberto.
Tras un largo proceso de negociación entre ambos presidentes, Manuel Riquelme por América y Francisco Rajcevich de O’Higgins Braden, que incluyeron la mediación del entonces diputado Baltazar Castro, se fundó el Club Deportivo O’Higgins el día jueves 7 de abril de 1955, superando la enorme rivalidad entre ambas instituciones.
En ese aspecto, se indica que la cuprífera habría ofrecido su nombre para bautizar al nuevo club, incluso con el compromiso de invertir fuerte en la conformación del plantel, situación rechazada por los directivos.
Pero la discusión se mantuvo cuando debía determinarse al primer presidente, votaciones que terminaban empatadas por la paridad de los votantes. Es así que Carlos Dittborn decide que el timonel se nombre, nada más ni nada menos, con una moneda al aire. El ganador, Francisco Rajcevich, de O’Higgins Braden, fue el primer presidente del club O’Higgins de Rancagua.
El directorio quedó compuesto por Manuel Riquelme, Octavio Cisternas y Alberto Musse del América, Nicanor Lobos, Patricio Mekis, Luis Urzúa y Dionisio Valenzuela del O’Higgins Braden., además de Arturo Miranda, Néstor Barba, Luis Valenzuela, Alfredo Iribarren, José Hormazábal, Eduardo Melero, Orlando Lasagna, Arturo Miranda y Hernán Navarro, entre otros.
Respecto del color del uniforme, se han planteado algunas tesis. La primera planteaba que las intenciones del directorio eran vestir con camiseta roja, no obstante esta moción habría sido rechazada por la Asociación por su semejanza con la divisa nacional.
Entonces, se habría decidido por el color celeste producto de la combinación de los tres colores fundacionales (amarillo, verde y blanco), aunque algunos sostienen que se intentó emular a la camiseta de la selección uruguaya, que había protagonizado el llamado ‘Maracanazo’ del Mundial de 1950. Los pantalones serían negros y medias celestes.
El primer directorio solicitó la confección de dos juegos de uniformes a la Casa Alonso Hermanos de Santiago, las cuales debían entregarse el día 16 de abril, previo al primer encuentro amistoso ante Green Cross en Santiago.
EL PRIMER PLANTEL
El primer entrenador que dirigió al club fue Francisco Hormazábal Castillo, proveniente de O’Higgins Braden, y su preparador físico Eduardo Muñoz. El plantel incorpora a jugadores como el argentino Mario Fernández, para algunos, uno de los mejores futbolistas que vistió la camiseta celeste.
Fernández fue un experimentado futbolista que vistió la camiseta de la selección Argentina, además de clubes como Independiente, San Lorenzo de Almagro, Newell’s Old Boys y el fútbol colombiano, entre otros y que llegó a Rancagua prácticamente a finalizar su carrera. Para Juan Abud, Fernández “se impuso por su rendimiento y peligrosidad. Astuto, movedizo, era el típico entreala filtrador, al que no se le podía descuidar”.
En una extensa entrevista de la época de la revista Estadio, el jugador confesó que “nunca imaginé que el fin de mi carrera, iba a ser tan grato… Todo salió muy bien, muchísimo mejor de lo que yo mismo esperaba. Un club magnífico, de gente buenísima”.
El acta del 31 de mayo de 1955 registra que la planta de jugadores estaría compuesta por: Leonardo Bedoya, el arquero Carlos Bustos, el defensor argentino Salvador Calvente, el paraguayo Ovidio Casartelli, Alberto Dana, Mario de Luca, Sergio Fuentealba, Mario Fernández, Mario González, Julio Gagliardo, Humberto Jara, Milton Puga, Mario Quintana, Naín Rostión, Jorge Romero, Raúl Salazar, Juvenal Soto, Luis Valenzuela, Charles Villarroel, Luis Wilson, Miguel Cornejo, Carlos Ibáñez, Aníbal González, Eleazar Manzo, Juan Mujica, Raúl Núñez, Héctor Palma, Jorge Peñaloza, Waldo Prieto, Gabriel Romo, Mario Saravia, Juan Soto, Manuel Muñoz y Osvaldo Díaz.
No menos relevante se convierte el trasandino Julio Gagliardo, un ‘wing’ que había jugado en Gimnasia y Estudiantes de La Plata, además había sido campeón en Racing de Avellaneda.
DEBUT PROFESIONAL
En su actuación en el torneo, los celestes debutaron en Santa Laura el día 8 de mayo ante Unión Española, cayendo por la cuenta de dos goles a cero. En este partido, alinearon a Bustos, Quintana, Salazar, Rostión, González, Puga, De Luca, Juvenal Soto, Fuenzalida, Villarroel y Bedoya.
Pese a este amargo comienzo, el equipo pudo rehabilitarse inmediatamente en la fecha siguiente en el Estadio William Braden doblegando a Ferrobádminton por tres goles a dos, gracias a las anotaciones de Wilson, Fuenzalida y Soto.
Al final de la primera fase, quedan eliminados de la pelea por el campeonato por su noveno lugar (sólo clasifican ocho). En la ubicación final de la temporada cierran en el noveno puesto con 33 unidades. El propio Mario Fernández se alza como el primer goleador del cuadro celeste gracias a sus 14 conquistas.
VILLARROEL, EL PRIMER GOLEADOR
La campaña de 1956 sorprende por el notorio mejoramiento en la tabla de posiciones, ya que el equipo remata en el séptimo lugar junto a Audax Italiano, con 26 puntos. Además, los celestes inscriben a su primer goleador en campeonatos nacionales, Guillermo Villarroel, quien consigue convertir 19 goles.
Villarroel, hermano de otro jugador nacional (Charles), llega a préstamo desde Colo Colo y su campaña en el equipo es francamente notable.
Junto al goleador, destacan figuras como Juvenal Soto, Rafael Zamorano, Luis Marambio, Naim Rostión, Sergio Fuenzalida y los argentinos Fernández y Gagliardo.
1957, UN AÑO DIFÍCIL
Las primeras complicaciones en términos de rendimiento deportivo suceden en la temporada 1957, ya que el equipo debe disputar la liguilla de promoción producto de su 12º lugar con 21 puntos.
La oncena mantiene al grueso de los jugadores que afrontaron las campañas anteriores y adolece de un poder de finiquito que le permita una mejor posición. Incluso sólo consagra a sus máximos anotadores con siete conquistas (Antonio Gauna, Roberto Roché y Juvenal Soto).
En la liguilla por la permanencia enfrentaron a Universidad Católica y Ferrobádminton. En el primer duelo, enfrentan a Ferro, que venía de caer ante Universidad Católica, y pierden por la cuenta mínima, debiendo definir el descenso en el último juego frente a los cruzados.
En un partido muy disputado, el cuadro rancagüino se impone por cuatro goles a dos y manda a los universitarios a segunda división, aunque por motivos reglamentarios, propios de la época, los capitalinos zafan de esta condena.
LA LLEGADA DE SALERNO
Para 1958, la directiva decide la contratación del entrenador argentino José Salerno, quien tenía en su palmarés haber conducido al seleccionado nacional por dos temporadas, incluido el Sudamericano de Lima de 1957.
Al final de este torneo, el cuadro celeste finaliza en el noveno lugar con 23 puntos y Juvenal Soto se alza como goleador con 14 conquistas. En el plantel se encuentra el arquero Ricardo Storch, Juan Bautista Soto, Jorge Romero, Omar Pozo, Luis Morales, Jaime Salamanca, Raúl Martínez, Daniel Tabilo y Augusto Arenas, entre otros.
UN AÑO PARA RECORDAR
En la temporada 1959, el conjunto rancagüino cumplió la mejor actuación de su corta trayectoria al finalizar en el cuarto puesto de la mano de José Salerno. Además logra a su segundo goleador en el profesionalismo: José Benito Ríos, quien marca 22 conquistas a lo largo de la temporada.
La campaña se justifica por la presencia de jugadores como René Orlando Meléndez, proveniente de Universidad de Chile, Salamanca, Juvenal Soto y Luis Morales. El equipo marcó 51 goles en el torneo y logró un 65% de rendimiento.
Durante este año, la institución se convertiría en el club vedette del fútbol chileno, más aún considerando la importante inversión que realizaría el presidente Patricio Mekis para armar el millonario equipo de 1960.
Recopilación de Waldo Correa M.